Nelson Castro: “El periodismo militante es la anulación del periodismo”

Materializar el periodismo supone una tarea compleja. Implica una percepción minuciosa de la responsabilidad social y un olfato desarrollado que permita recabar las fuentes más contundentes, para incursionar fehacientemente en la tarea de informar. Nelson Castro ha transitado una trayectoria que lo respalda para opinar sobre aspectos fundamentales para la formación académica y le da entidad para introducir las características de un campo tan complejo como maravilloso: el periodismo.

Durante la entrevista exclusiva que concedió ayer al elchorrillero.com, el conductor del programa El Juego Limpio que se emite por la señal Todo Noticias, recorrió un océano profundo de concepciones técnicas, circunstancias en las que el oficio se ve atravesado por la sensibilidad social, detalles engorrosos por los que se transita en el viaje periodístico y hasta emitió sus opiniones de la actualidad política.

Además del ciclo de los jueves por la noche, conduce diariamente La Mirada Despierta por Radio Continental y TN de 18 a 21 en Todo Noticias. Es autor de libros como “Secreto de Estado”, “Los últimos días de Eva”, “Los secretos de los últimos días de Perón”, “Enfermos de Poder” y “La sorprendente historia de los Vicepresidentes Argentinos”.

Este medio le hizo la entrevista en el marco del Día del Periodista:

-¿Cómo analiza la práctica periodística en Argentina? ¿Cuál debe ser la premisa de trabajo?

Antes que nada es importante destacar que hoy es un gran momento para hacer periodismo en el país. La profesión debe ser un instrumento importante para la realización de una sociedad democrática, plural y transparente.

Debemos trabajar enfocados en nuestra misión que es informar. Este es el trabajo fundamental del periodista, comunicar con el apego de la rigurosidad que nos acerque a la verdad de los hechos y sobre esos sucesos permitir el debate, dando la posibilidad de expresión a todas las voces.

Esas son las vertientes de nuestra labor, el periodismo como un instrumento preponderante para las sociedades democráticas actuales, en búsqueda de transparencia y pluralidad.

-En los últimos años se ha hablado sobre la grieta e inclusive se ha visto un enfoque de polarización. ¿El periodismo contribuye a ello o es la grieta la que influye a los periodistas?

Es una cuestión mutua, una retroalimentación lamentablemente. Cuando se informa con apego a la rigurosidad, siempre hablando del periodismo honesto, el ejercicio se ve afectado por la grieta.

Cuando doy información crítica para los Kirchner, genero la detracción de ellos y la aprobación de los macristas, y viceversa. En el medio hay una gran cantidad de gente que acepta las cosas como son, pero estamos atravesados por este fenómeno.

A veces al informar con la verdad podemos llegar a profundizar la grieta. Pero eso escapa a nuestra posibilidad de solucionar las cosas. Insisto, cuando trabajamos con honestidad, porque los hechos son los hechos.

Cuando informamos estamos tensionados por la polarización y esta afecta la credibilidad. Si publicás algo en contra del kirchnerismo, sos un antikirchnerista; si informás algo que podría perjudicar al macrismo, hay una parte que cree que estás operando para otros.

Este es un problema que tenemos los periodistas en Argentina, por eso es tan importante trabajar con rigurosidad y saber enfrentar esos avatares que se ven muy potenciados, sobre todo en las redes sociales.

-Se ha hablado mucho del periodismo militante, pero, ¿existe?

No, el periodismo militante es la anulación del periodismo. Supone trabajar en pos de una causa defendiéndola de cualquier manera, eso es una acción de propaganda; es sinónimo de propaganda, no de periodismo

-¿Cree que hay vestigios de dicha corriente?

Sí, hay vestigios. Tanto en la vertiente kirchnerista, que es la más fuerte, como en lo que puede ser hoy el macrismo. Te diría que se evidencian en todos los sectores políticos, pero efectivamente los más destacados son los que están en pugna en el país.

-¿Fue difícil ejercer la libertad de prensa en la gestión Kirchner?

Sí, todos lo sufrimos. Me echaron de un trabajo, estuve expuesto a un vilipendio público de aquel Gobierno a través de los medios y tuve un juicio popular que me efectuó Hebe de Bonafini.

Es importante recordarlo y tenerlo en cuenta. Hoy no ocurre lo mismo, uno no escucha al presidente de la república denostar a periodistas. Sí existe el fenómeno de los trolls, pero no sucede que el Gobierno y sus canales generen una actitud de acoso y hostilidad. Desde ese punto de vista estamos trabajando mejor indiscutiblemente.

-¿Qué piensa de los casos de corrupción que no son juzgados?

Me preocupa muchísimo porque constituyen un atentado contra la república, afectan la vida social de un país y la validez de las leyes.

En la medida que algunos puedan escapar al cumplimiento de la ley, se genera  un mal ejemplo de código de convivencia. Nosotros necesitamos construir una sociedad donde la legislación tenga un valor absoluto.

La vivencia que tenemos de la corrupción es que, desde el poder está impune, y cuando es juzgada se da en forma tardía. Eso es algo muy nocivo para nuestras calidades de vida.

-¿Cuáles son las primeras aristas que usted tiene en cuenta para decir que algo es noticiable?

Lo noticiable tiene que ser algo novedoso, que despierte el interés de la gente. A veces su medición es subjetiva, uno cree que algo generará impacto porque se trabajó como tal, pero no lo tiene.

Un hecho noticiable debe poseer novedad, sea buena o mala. Es algo que hace a la vida y merece ser difundido. Para la gente, el conocimiento es un hecho nuevo e importante.

Si damos a conocer un descubrimiento científico, por ejemplo, es algo  relacionado con la vida de la gente. Si informamos un robo es una cuestión novedosa porque supone la anormalidad en una sociedad.

-¿Cuáles son los puntos necesarios para forjar una trayectoria de renombre?

Son tres pilares. Primero haberse preparado, estudiar, formarse en esta tarea que tiene parte de profesión y parte de oficio; segundo la rigurosidad que tiene  esta formación en cuanto al trabajo y la calidad; y tercero la honestidad.

Esos son los tres pilares fundamentales que nos permiten atravesar momentos turbulentos como los que vivimos. La honestidad es un aspecto trascendental ya que es el seguro de la independencia.

-¿Cuál cree que fue la peor etapa de trabajo periodístico?

Sin duda que la dictadura fue la peor. Pero dentro de los años de vida democrática debo decir que la etapa del kircnherismo fue muy dura, al igual que el menemismo. La diferencia radica en que el kirchnerismo lo hizo más evidente.

-¿Cómo ve la mediatización de los políticos? ¿Favorece su imagen o los perjudica?

Depende. Es imposible que un político no esté mediatizado, es una característica muy variable. Uno puede pensar que lo perjudica pero desde la percepción de la gente lo favorece. Nadie puede decir que hay una regla fija.

-¿Cree que hemos aprendido algo como sociedad tras la muerte de Nisman y de otros casos oscuros?

Creo que sí, eso lo dirá el tiempo y las conductas de la gente.

-¿Y, Cómo periodistas?

Los que trabajamos con independencia de criterios tuvimos claridad sobre lo que estaba pasando y el significado republicano que tenía este caso. No todos lo han aprendido porque los que están identificados con el kirchnerismo, siguen creyendo que eso fue un suicidio.

-¿Qué evaluación haría del Gobierno de Mauricio Macri?

Ha traído una actitud más tolerante. Se trata de un Gobierno más honesto en general, con una gran deuda en el tema social, que es su talón de Aquiles.

Hay promesas que no se cumplieron. Creo que ha subestimado la dimensión de la crisis y ha sobreestimado el valor de las medidas que han tomado.

-¿Cómo ve la actualidad de San Luis? Usted ha sido crítico de las gestiones de Rodríguez Saá.

Mantengo la misma postura. San Luis ha tenido un desarrollo económico muy importante, hay obras e infraestructuras que le otorgan un nivel que no tienen otras provincias; pero hay un régimen autoritario, políticamente complicado. No es el ideal de desarrollo republicano que yo concibo.

Mis críticas no han cambiado en nada y cuando aparece algún desprendimiento de Rodríguez Saá, que asume el Gobierno, finalmente termina opuesto a ellos, porque quieren manejar todo y seguir en el poder.

Es lamentable, repito, dentro de una provincia que tiene un desarrollo de infraestructura que es para sacarse el sombrero. Pero la deuda de vigencia republicana democrática es notable; es un feudo de Rodríguez Saá y lo será mientras vivan.

-¿Qué opina de aquellos dirigentes cuya figura se redimensiona generando una suerte de fanatismo?

Son malos porque van en contra de la esencia de la democracia, en cuanto a la pluralidad y la alternancia. La alternancia tiene un valor, de hecho los países en donde se ha impuesto, se han desarrollado favorablemente.

El caudillismo es un problema que tenemos en Argentina. Lo venimos repitiendo con el menemismo, el kirchnerismo, en las provincias con Rodríguez Saá e Insfrán.

Hasta que el país no supere eso, el desarrollo republicano democrático va a estar afectado.

-Teniendo en cuenta que usted es un profesional de la salud ¿Que lo motivó a desempeñarse como periodista?

Te diría que la evolución de la carrera. Esas son cosas que te superan, cuando mi profesión de periodista tomó notoriedad, la posibilidad de ejercer la medicina se tornó muy difícil, además la exigencia de la carrera informativa comenzó a tomar un tiempo que tornaba incompatible mi ejercicio simultáneo a la medicina.

Esa fue la circunstancia que me llevó a dejar la salud como práctica corriente, algo que la verdad siempre extraño.

-¿Qué le diría a aquellas personas que quieren dedicar su vida al periodismo?

Que es una maravillosa profesión, que los estimulo a su realización. Es importante que tengan noción de la responsabilidad social y formativa que tiene el periodismo. Es un instrumento esencial para hacer las sociedades más democráticas, transparentes y plurales.